martes, 28 de julio de 2020

Nos dejamos ir

Ni nos apartamos, ni nos abandonamos, ni nos arrumbamos, ni nos desamparamos, ni nos olvidamos ... sólo , nos dejamos ir.
Dejamos de escucharnos cuanto nos dijimos, ni siquiera oímos lo que nos llegamos a gritar... porque nos quedamos sordos, que no ciegos. Puesto que ciegos es como hay que permanecer , ciegos de amor. 
Pero no... nosotros comenzamos a ver, que no a mirar , y así vimos como nos fuimos , dejándonos ir.
Y nos ausentamos. Fue una partida en la no cabían los te echo de menos , porque ya nos habíamos echado mucho de más. Fue una huida hacía ningún lugar donde poder permitirnos recordar. Fue un camino estrecho y abrupto , sin opción a un posible lamento.
Nos fuimos, dejándonos marchar.
Sobraban las palabras, las ausencias, las presencias, las estancias, las añoranzas, hasta las silenciosas batallas... todo sobraba, menos las ganas. Esa voluntad que a raudales nos faltaba.
Y dejándonos ir... llegamos al final de un trayecto . Un lugar rodeado de altos muros al que accedimos a través de una puerta . Una puerta que no por casualidad andaba abierta. Un rectángulo de hierro macizo , colocado en posición vertical , que al cerrarlo , dio lugar a un habitáculo en el que ya no cabían más reproches, más clamores , más reconvenciones... ni siquiera el desconsuelo o tal vez el consuelo. Un paraje del que tuvimos que escapar ligeros de equipaje, sin aliento. Del que salimos corriendo  y sin mirar atrás para poder respirar. Nos faltaba el aire, lo recuerdo.

Porque hay partidas, que como se inicien.... no tienen regreso. Sin perjuicio de los innumerables "te quiero" que se facturaron en su momento.

                                                                                                              cosas que te cuentan.




                                                                                        con cualquier cosa estoy mona!

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