"Desde muy pequeña sentí fascinación por el cerebro, por la memoria..." , escribió María Kodama, en el prólogo del libro Borges y la memoria, de Rodrigo Quian Quiroga.
Borges... el de la memoriá prodigiosa. Quien exponía que si tuviéramos una capacidad de memoria infinita, si lo recordaramos todo, no podríamos pensar.
Y tal vez por ese motivo, yo he decidido olvidar muchas cosas , para poder pensar muy detenidamente sobre otras. Especialmente , en estos últimos meses, que tan difíciles a la par que extraños me ha resultado.
Y ha sido así, como solo archivé en mi cerebro, lo bonito, que lo hubo , de un confinamiento.
La verdad , es que si me pongo a enumerar, me sorprendo, porque me estoy dando cuenta de cientos de detalles , conversaciones, e incluso besos telemáticos y a destiempos, que me calaron hasta los huesos y se insertaron por mis venas , colandose en mi corazón. Y no quiero aburriros.
Pero hay algo que no solo me gustaría resaltar , sino que quiero dejar escrito, como miles de cosas que hay escritas en este blog, aunque ya no estén a la vista de todos. Capítulos,por estos medios llamados post , que se quedarán "impresos" para que si cuando pase el tiempo , a mi mente en algún momento le diera por dejarlos escapar para pasar a pensar, yo pueda entrar aquí a reencontrarmelos y recordarlos.
Y así os cuento, en este mismo instante en el que me cuento y te cuento... como durante aquellos primeras semanas, en las que perdí la noción de las horas, de los plazos, de los tiempos... en aquellos ratos tan advenedizos que me pasaba pintando... en aquel confinamiento ,cada día, al caer la tarde , me llegaba una canción.
Un canción que lo mismo me secaba algunas lágrimas, como me dejaba escapar otra. Un canción , que me marcaba un calendario y un lugar en el mapa. Un canción que me ubicaba. Un canción, en la que daba igual lo que se cantara, porque era una canción que me sonaba a un día más, un día menos...
Era , una canción para recordar.
Fueron muchos acordes y unos estribillos, que me hacen rememorarte.
Porque a todos nos acompañó alguna bonita melodía durante aquellos áridos días.
con cualquier cosa estoy mona!
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