Llegar de nuevo a un sitio y que no nos reciban con sonrisas ni aplausos, no es para preocuparnos. Más bien , es casi para alegrarnos , porque al fin y al cabo... como no nos conocen , no estaría bien que nos prejuzgaran sin saber aún como vamos a resultar o como vamos a desempeñar nuestra función. Con que nos acojan con educación sería suficiente.
Pero ... marcharse de un lugar , y que despidan con sonrisas y aplausos nuestra marcha, eso es para morirse de la pena!.
Y con esa pena, estoy segura que se marchan algunos. Porque por muy poca humanidad o razón que nos hayan demostrado tener a lo largo de su estancia o permanencia, estoy segura de que .... detrás de cada mal caparazón hay un corazón . Un corazón que probablemente se resienta , más tarde o más temprano, más bien o más mal, pero siempre más solo que acompañado.
Así que, si hay que marcharse ... uno se va . Pero mejor irse cubierto de gloria , de gloria de la verdad!.
Yo por ahora, me sigo quedando para deciros todos que "con cualquier cosa estoy mona!".
Y para decirle a él ... simplemente, hasta siempre!
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